Cuántas escenas e imágenes nos vienen a la cabeza si pensamos en esta tela para tapizar velluda y uniforme que es el terciopelo, tejido de pelo con relieve muy rico y elegante que ha decorado históricamente los mejores palacios, salones y teatros.
China y Egipto fueron unos primeros grandes productores de esta tela asociada al lujo y la elegancia, además de al confort táctil y a la suavidad y calidez con que impregna los espacios que más que decora, viste. Europa quiso disfrutar también de las bonanzas del terciopelo y entre los siglos XII y XVIII, Italia se convirtió en el mayor productor de esta tela que no sólo se utilizó para decorar estancias, sino que empezó a tener una presencia notable en muebles, paredes e incluso en la vestimenta de los nobles y nuevos amantes de este tejido de pelo uniforme hasta llegar a nuestros días también en numerosas versiones y usos tanto para tapicería como para tela para cortinas y telones.
Y es que su característica principal, lo suave del tacto y la belleza de su brillo natural, lo convierten en un producto muy especial desde el momento de su confección. Así, el terciopelo es un tejido del que, trabajado en un telar especial, se extraen dos capas: una conformada por dos hilos principales y otra, por otros hilos insertados entre estos. Cada capa tiene su textura y particularidades al tacto y a la vista, son dos capas diferenciadas que convierten a esta tela en una codiciada pieza.
En el siglo XV València, la ciudad de nuestra sede y origen, ocupó un lugar destacado en el mapa de la confección de terciopelo en Europa. 1.200 telares albergaba una ciudad cuyo centro neurálgico sigue hoy ligado al noble arte de su elaboración, el barrio de Velluters (nombre derivado del ‘vellut’, del terciopelo). A día de hoy, El Colegio del Arte Mayor de la Seda de València cuenta con un telar único en España, un telar de ‘vellut’, de tercipelo, restaurado para elaborar este tejido del mismo modo, con la misma técnica y en el mismo lugar, que se empleaba en aquel siglo XV.
“En el siglo XVIII se calcula que había 3.500 telares en València, de los cuales, 900 se dedicaban al tejido del terciopelo. En el XIX se produce progresivamente un descenso del telar tradicional manual por el mecánico, algo que en el XX se generaliza. El ‘vellut’ se deja de tejer manualmente en la segunda mitad de siglo”, explica la página web del Museo de la Seda de València.
Y es que la revolución industrial agilizó su proceso de fabricación y le restó calidad en muchos casos, por eso hay que tener cuidado a la hora de elegir un terciopelo, ya que los hay de muy diferentes valores y categorías. No hay que confundir el terciopelo con otros tejidos de mano suave o piel de melocotón. El espesor del hilo, lo junto que está, el tapiz que genera y su tacto son algunas de las características que nos van a permitir saber de su calidad.
Además, el terciopelo, tejido hecho a partir de fibras hiladas, puede crearse con todo tipo de fibras: terciopelo de lino, de seda, de poliéster, ignífugo… Esta última característica, sumada a su capacidad de absorber el sonido (es fonoabsorbente, acústicamente confortable), le han permitido ocupar grandes espacios en los telones de los teatros o en las cortinas de los auditorios, además de en el tapizado de sillas y butacas, otro de sus grandes destinos.
El terciopelo de algodón San Carlo, el terciopelo de lino Scala, el terciopelo ignífugo Perseo y el terciopelo con dibujo jacquard Casanova son algunas de las propuestas de Equipo DRT en torno a este tejido en el que predominan los lisos, pero en el que la estampación digital ha abierto una nueva vía para su actualización: se mantiene la calidad del tejido y se le añade el diseño y la viveza de los dibujos y estampados que se quiera.
Porque, ya lo decía Yves Saint Laurent: “Las modas desaparecen, el estilo es eterno.”
Uno de los aspectos a tener en cuenta cuando se adquiere un tejido es su forma de lavado. El terciopelo no sólo no está exento de ese interés, sino que lo genera especialmente dada su textura y sus cualidades velludas.
Y la explicación no puede ser más fructífera, ya que la nuevas fibras permiten que se hayan conseguido desarrollar terciopelos lavables a la vez que son telas ignífugas. Es el caso de nuestra colección Perseo, terciopelo para tapizar en 26 colores. Dichas fibras son hilos 100% Trevira CS, fibras sintéticas que permiten que podamos afirmar que sí se puede lavar el terciopelo: a máquina, con agua a 30º, un lavado delicado que mantiene intactas las cualidades de la tela, que además es ignífuga.
Además, la evolución del tejido ha hecho que también evolucionen sus tintes. El paso de los años y las mejoras en el diseño textil han permitido que los tintes hayan pasado de ser tintes naturales (decoloraban gradualmente con el paso del tiempo y el uso) a tintes mejorados que hasta en un terciopelo de algodón mantiene intacta la belleza de su color.
Sí, estáis leyendo bien. Terciopelo de lino. Todas las propiedades naturales del lino también se pueden desarrollar en un tejido como el terciopelo. La muestra, nuestra colección Scala, precioso terciopelo 100% lino en 26 colores ideales para tapicería y para la más elegante y sofisticada decoración textil.
En esta propuesta, el hilo en un poco más corto que en otros terciopelos, no brilla y los tonos son mucho más relajados, más suaves, que en las demás fibras, ya que el lino reacciona de esta manera también más sutil a los colores, lo que lo convierte en un producto doblemente especial.
El amplio catálogo de colores, que ensalzan la textura del terciopelo y del lino, ofrecen el más amplio abanico de posibilidades a la hora de elegir una estancia en la que dejarse llevar por tanta calidez y sofisticación. Por la mezcla de la elegancia y la naturalidad. ¿Imaginas unas cortinas con Scala como tela de lino?. Menuda combinación imperdible.
Suavidad, brillo, elegancia, confort o durabilidad son sólo algunas de las características que acompañan a las telas de terciopelo para tapizar y de que dotan, a su vez, a los espacios en los que se instalan las piezas tapizadas. Sólo hay que pensar en las zonas de espera o en grandes lobbies de hoteles que usan el terciopelo en sus asientos y que nos aportan calidez y relax, además de que adquieren un aire noble y sofisticado.
Dicha calidez y elegancia es posible gracias a telas como el terciopelo de Equipo DRT San Carlo o el Gran Mogol velvet. Tapizar una silla, una butaca o un sofá con alguno de estos tejidos convierte las piezas en joyas, en elementos decorativos y de confort únicos.
No sólo dan calidez al tacto y a la vista, es que además se convierten, como en el caso del Gran Mogol, en cuadros habitables. Su dibujo, tapizado en una pieza de salón o incluso en una pared, nos transporta y nos hace soñar. Nos permite sumergirnos en otros mundos, en otras épocas, en otras culturas a golpe de caricia y de vista. Una tela es mucho más que una tela, sobre todo, cuando hablamos del terciopelo y de todas sus posibilidades.
Añadirle a las propiedades y cualidades del terciopelo la de los estampados es una tendencia que convierte a este tejido en un gran abanico de posibilidades. No sólo podemos disfrutar de un terciopelo, sino que más allá de su textura, confort y elegancia, encontramos numerosas variantes de diseño: dibujos, geometrías, líneas y formas que se suman a la amplia gama de colores de este tejido que nunca pasa de moda.
Una tendencia siempre al alza es la ‘animal print’, de la que en Equipo DRT destacan los terciopelos de estampación animal Cebra, Ocelote, Tigre y Leopardo. Telas 100% algodón que pueden decorar espacios contract, hogares u oficinas como cortinas o como tapizados.
Otra propuesta que nos apasiona es el Gran Mogol velvet, un diseño best-seller de la firma aplicado sobre terciopelo. Lo colorido del dibujo, el diseño en sí, la belleza de cada escena, lo convierten en una pieza única que en estos años ha decorado estancias hasta como un gran cuadro. Porque lo es.
Las geometrías étnicas del diseño textil Tuareg velvet, el manto de flores silvestres que es Prado o el otoño que recrean las nueve escenas florales, vegetales y ornamentales que le dan una preciosa vida a la propuesta textil Patchwork son sólo otras de nuestras apuestas en terciopelos estampados.